domingo, 26 de febrero de 2012

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"You know where you are? You're in the jungle baby, you're gonna yall..."

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Pues... ejem... Una entrada más... No, esperad... Veamos, una noche más que... Nah, eso tampoco... Ah, esto es un asco. 
No sabéis lo tremendamente difícil que es tener una idea para una entrada, y empezar a escribir. En serio, a mi lo que más me cuesta es poner el título y las primeras líneas. 
Bueno, he dicho una idea, pero la verdad es que tengo miles. Pero hoy expondré la última, que me ha venido a la cabeza después de leer el blog de mi amigo Pablo, el cual, por cierto, dice que me impaciento por leerlo sólo por quedar bien. Nada más lejos de la realidad, pero bueno, estos hombres, a su ritmo. 
En fin, el caso es que su última entrada me ha recordado al Carnaval del fin de semana pasado. Sí, ese en el que me debió de dar un aire extraño, porque mi disfraz de marinera era la cosa más corta, escotada y ajustada que me había puesto nunca. Nada que ver con los vaqueros, camiseta de Guns N' Roses talla XL y botas moteras que llevé el año pasado. 
Os juro que veo las fotos y me da hasta vergüencita. (Del disfraz de marinera, el de Axl Rose del año pasado era genialísimo)
Tampoco sé muy bien qué narices os da a los chicos cuando veis un escote o una falda corta. Es decir, sé que sois unos animales que os dejáis llevar por vuestras hormonas revolucionadas, pero digo yo que podrías disimularlo un poco, ¿no creéis? 
Porque, veamos, sales un sábado, el sábado de Carnaval mismo, y ves a chavales que siguen a alguna chica con la cabeza como girasoles buscando la luz del sol. 
Algunas se sentirán halagadas, supongo que con razón, pero hay chicas que tienen la cabeza más o menos sobre los hombros (pongo más o menos porque me quiero incluir en ese grupo, y si pongo "tienen la cabeza completamente sobre los hombros", pues como que no cuela), a las que no les hace mucha gracia que las miren como si fueran el último juego de la Play Station en un escaparate. 
Y, ya que estamos, hablemos del espinoso tema de entrarle a alguna chica. Porque sé que entre vosotros intercambiáis diferentes tácticas sobre cómo empezar a ligar con alguna de nosotras. Y, por lo que mi experiencia me permite observar, la gran mayoría son erróneas. 
Y es que, vamos a ver chicos, no podéis acercaros a una chica y soltarle un: "Hola guapa, ¿te invito a algo?" o "Qué guapa eres, ¿te apetece bailar?"  Tampoco sirve la dichosa frasecita de Cómo conocí a vuestra madre, esa de: Hola guapa, ¿conoces a (insertar nombre del interesado aquí)?
Y si ya decimos alguna obscenidad, en vez de un baile os podéis asegurar una hostia bien dada. 
A vosotros esas frases os sonaran familiares, incluso hasta útiles, claro, porque vais a lo que vais y no queréis comeros la cabeza, pero os diré una cosa: si de verdad queréis que alguna de vosotras caiga en vuestros jueguecitos, aseguraros de hablar con tacto, que las frases que el alcohol se encarga de expulsar por vuestra boca no son lo que queremos oír ni mucho menos. Curráoslo un poco, que tampoco cuesta tanto.
Que, a lo mejor, si os coméis un poco más la cabecita (que tampoco mucho, nosotras sabemos que vuestro cerebro no da mucho de sí en este tipo de situaciones), y nos decís algo medianamente dulce, lo mismo picamos.
Quién sabe. 

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